TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL


TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL

(TDC)





Tal vez te estas preguntando: ¿qué significa esta palabra? Incluso, podría ser que ésta sea la primera vez que la lees. Lo cierto es que, podría ser que ya la hayas escuchado en alguna parte o hayas usado algún sinónimo de esta, sin darte cuenta de ello. En un contexto muy general, en términos matemáticos, podríamos expresarlo como: 

"La distancia entre la cuestión y la solución es: despejar la incógnita" 

Es decir, la cuestión, corresponde a la duda en la ecuación; la solución, corresponde al resultado obtenido, y el despejar la incógnita, es el proceso con el cual nos valemos de ciertas operaciones para llegar a la solución del problema. Dicho esto, la(s) operación (es) que realicemos para obtener el resultado, es el punto intermedio entre el cuestionarnos algo y el saber la respuesta. Así pues, Liminal, es el punto intermedio que existe entre el lugar físico o mental o de cualquier otra índole en el que estás estacionado, esperando para pasar al siguiente lugar o estado (ya sea físico, emocional, psicológico o psiquiátrico). Dicho lo anterior, hablemos de la liminalidad visto, desde el ángulo de las enfermedades mentales. 





El ser humano, como creación, es perfecto, es bello. Y, aunque su definición de belleza no radica en lo físico ni en la apariencia; lamentablemente, las personas que padecen de este trastorno no pueden ver la belleza qué hay en ellos; por el contrario, se enfocan más en lo que, bajo su percepción de belleza, son grandes defectos que los hacen lucir feos o imperfectos ante la sociedad y ellos mismos. Y en su intento por satisfacer o cumplir con un estándar de belleza social basado en cuánto pesas, mides, comes, el color de tu piel, el tamaño de tus labios, ojos, y demás características físicas que, comercial y socialmente se ha implantado en la sociedad en la que convivimos actualmente; estas personas llegan incluso a poner en riesgo su salud, sus vidas, o en el peor de los casos, terminar con la misma.

 

SÍNTOMAS:

 

Aunque son muy variados los síntomas que una persona con este trastorno puede presentar; estos van a depender de la personalidad del paciente, su entorno familiar y social en el que se desenvuelve, el entorno laboral o escolar, y de la propia percepción que tenga de sí mismo; ya sea que haya sido adquirida o implantada, o provenga de sí mismo, estos son algunos de ellos, a los cuales debemos estar alertas, principalmente en el o los cambios en el comportamiento del paciente:

  • A menudo pone demasiada atención a su cuerpo y hace autocriticas fuertes de sí mismo, que son ilógicas e irracionales.
  • Está absoluta y completamente convencido de que tiene un gran defecto en su cuerpo que lo hace verse y ser menos que otra persona.
  • Recurre a cirugías estéticas en su búsqueda de mejorar aquello que cree está mal.
  • Cambios en su alimentación o en sus conductas a la hora de ejercitarse.
  • Se compara continuamente con los cuerpos de otras personas.
  • Tienen pensamientos e intentos suicidas siendo este el más grave de todos.

 

TRATAMIENTO:

El tratamiento para estos pacientes puede ser muy diverso al igual que los síntomas, pero son tratados a base de terapia cognitivo-conductual y a base de medicamentos. Y cambiar el entorno social o familiar que te esté afectando, también suele ser de gran ayuda.

Ya que este es un padecimiento mental, es importante e imperativo la asistencia de profesionales de la mente.

 

EN CONCLUSIÓN:

Aunque hay ciertas circunstancias sociales y genéticas que pueden llevarte a padecer este trastorno; también puede ser adquirido según el ambiente del que te rodees. En algunos casos, el sufrir acoso escolar por tener un cuerpo grande o diferente, lleva a las personas a crear dentro de sus mentes una perspectiva negativa de sí mismos.

Si tienes algunos de los síntomas que mencionamos anteriormente, y te sientes triste, con ansiedad, fobia social y sin ganar de vivir, busca ayuda. Este trastorno no mejora por sí solo, pero con la ayuda adecuada y profesional, tiende a mejorar y cambiar la definición de belleza que tienes de ti mismo y comenzar a aceptarte tal cual eres. Ser capaz de verte frente al espejo y decir: “Hoy, estoy más hermosa que ayer, pero no más de lo que estaré mañana. Amo el caos que soy, porque es parte de mi belleza”.









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